POEMA
No mires allí donde mi dolor late,
e inútil se derrama,
mortal y líquido.
En mis noches de insomnio
cruzo hasta la otra orilla
y me asomo a los ojos
de aquellos que me amaron
una lágrima rota
acaricia mi nombre.
Después regreso siempre a la frontera
a cobijarme con palabras.