Besé tus amargos huesos, ceniza sobre el huerto olvidado. Brocal de sombra. Duele el corazón de la madre mordido por la encía caliente de la tierra. Huye el sol. La ternura, tan frágil, amamanta las lágrimas. Para tus huesos, ya sin sed. Para tus huesos, ya sin sábana.
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gracias por leerme